domingo, 22 de marzo de 2015

Canción segunda.


Si despiertas un día cualquiera
al sol del mediodía que viniendo te ciega
y las hojas azules te llevan despiertas
al lugar donde las aves pierden la cabeza
(...o la encuentran.)

Si despiertas un día cualquiera
al sol del mediodía que viniendo te ciega
y encuentras una historia en medio de la maleza
sobre esos extraños seres llamados poetas
(...entonces piensa.)

CHORUS
[El bosque del tiempo te arranca
las ramas y muy dulcemente te canta
el viento de un enero que pronto se cansa
y escapa hacia las olas de arenas blancas.

El bosque del tiempo, amor mío,
te proteje del hambre, te guarda de frío.
Te quita lo que tienes y deja el latido
de un corazón errante que busca sentido.]

Las flores te abrigan el alma
pues te sabes desnudo y tomas la palabra
sin saber qué decir, sin saber casi nada.
El miedo sopla libre a través de la calma
(...sólo canta.)

El tiempo que come naranjas
es como un niño sabio que nunca se cansa.
Él ayuda, él ríe, él pasa, él mata.
Cuidado con su sombra que la piel te mancha
(...y desgarra.)

CHORUS
[El bosque del tiempo te arranca
las ramas y muy dulcemente te canta
el viento de un enero que pronto se cansa
y escapa hacia las olas de arenas blancas.

El bosque del tiempo, amor mío,
te proteje del hambre, te guarda de frío.
Te quita lo que tienes y deja el latido
de un corazón errante que busca sentido.]

Si despiertas un día cualquiera
al sol del mediodía que viniendo te ciega
los pájaros te besan, te piden, te ruegan
que levantes el vuelo y les marques la senda.

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