Cuando encuentres tu
tormenta
en la esquina de un
limón
no estrujes tu
corazón
el jugo no vale la
pena.
Los amigos que allá
fueron
con el son de un
resplandor
volverán junto al
calor
de primaveras que no
llegan.
¿Y aún así tu
dices que tus alas vuelan?
Se va la vida con el
ruído de la rueca.
Los reflejos en el
aire
dan lindeza, dan
color
mas no te libras del
sabor
amargo y suave del
ayer.
Las pisadas en las
calles
te llevan hasta el
interior
de bares secos de
emoción
y sueños rotos por
doquier.
¿Y aún así tu
dices que tus alas vuelan?
Se va la vida con el
ruído de la rueca.
Toma mi mano y
llévame hasta la tormenta.
Mi sangre ya se ha
despedido de mis venas.
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